LA RETAGUARDIA
ADRIANA MORENO CORDERO
Si Ismael “el Mayo” Zambada, Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes, “el Viceroy”, líder del cartel de Juárez, lograron, allá en Estados Unidos, librar la pena de muerte por lo que jueces de aquel país no la solicitarán, eso tiene sin duda varias y muy interesantes lecturas.
La primera, es que ello representa un muy importante indicador de que las negociaciones entre los capos mexicanos y el gobierno de Estados Unidos van por buen camino para ambas partes, de tal suerte que lo que en su momento declararon a las autoridades estadunidenses Ovidio Guzmán, “el Ratón” y su hermano Joaquín Guzmán López, es apenas la punta del iceberg de una andanada que ya preocupa ni más ni menos que en Palacio Nacional por las digamos, aportaciones que puedan hacer igualmente el “Viceroy” y Caro Quintero.
Sobre todo, en el caso de éste último, llama poderosamente la atención que el gobierno de Estados Unidos, le haya bajado a su afán de vengar el asesinato de Enrique “Kiki” Camarena en 1985 a manos de Caro Quintero. Pues, ¿qué tanto pesa la información de quien fuera protagonista de los carteles de Guadalajara y Caborca?, ¿qué ofreció al gobierno estadunidense?
En el caso del Mayo Zambada, hay que recordar que su ahijado Joaquín Guzmán le tendió una celada para llevárselo a territorio estadunidense, donde la pena de muerte sí aplica. Su abogado, Frank Pérez, desde hace tiempo informó que buscaba que su cliente evitara la pena de muerte.
Lo raro es que el presidente Donald Trump amaneció de buen humor y decidió verse espléndido y magnánimo y haya optado por transitar de la pena de muerte a acuerdos de culpabilidad mediante los cuales, los inculpados se declaran culpables y aceptan la pena a cambio de dar información sobre los nexos que tengan los narcotraficantes con actores de la política, en este caso mexicana.
Ahora puede entenderse todo, con razón la distinguida cúpula del partido Morena “puso sus barbas a remojar” y ni de lejos visitó Estados Unidos por un fundado temor de que lo que podríamos llamar los “trapitos guindas”, salgan a la luz. Este acuerdo incidirá en esta errada y llamada cuarta transformación ahora en su segundo piso y no solo en el plano electoral.
Y HABLANDO DE “LA BARREDORA”
Desde luego, “La Barredora” es un cartel no tan poderoso como los que encabezaron en su tiempo el “Mayo” Zambada, el “Viceroy” y quien fuera conocido como “el narco de narcos”, pero ello no quiere decir que no sea del interés del gobierno de los Estados Unidos.
Por lo anterior quizás fue un muy mal momento en el que decidió reaparecer, -fugazmente también-, el coordinador de Morena en el Senado de la República, Adán Augusto López Hernández para fungir como anfitrión ni más ni menos que del presidente electo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Hugo Aguilar Ortíz.
Intentó más de una sonrisa el también presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), de la Cámara Alta, pero no le salieron, pero eso sí, flanqueó a quien llegará a la SCJN a partir del primer día de septiembre, junto con el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, a quien invade la nostalgia; el vicecoordinador morenista en dicha instancia legislativa, Ignacio Mier, que ha rechazado más de una vez relevar a López Hernández en la coordinación de los senadores morenistas y el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara
Fue el de ayer un desayuno informal pero privado que duró alrededor de dos horas y cuando concluyó, solo habló a los medios Hugo Aguilar:
“Nos estamos preparando ahorita para que no haya un vacío, una laguna, para que desde que entremos comencemos a tomar las decisiones que nos corresponden en el cambio que vamos a tener… déjenme llegar, tenemos muchas tareas, muchos expedientes.
A ver cómo le va al flamante y nuevo presidente de la Corte; a ver si le tienen lista la toga con bordados indígenas, porque de los zapatos de marca, ni hablar. Lo que es indudable, es que Aguilar Ortiz tendrá que demostrar si está a la altura de la encomienda, porque aunque lo respalde esta errada y llamada cuarta transformación ahora en su segundo piso, ya se verá “de que pie cojea” y si en realidad está listo como dice.
Por lo pronto, el presidente electo de la Corte está más ocupado en hacer la correspondiente invitación para que la presidenta Claudia Sheinbaum esté presente en la primera sesión que Aguilar Ortiz encabece porque definitivamente, al Congreso no se presentará la jefa del Ejecutivo. ¿Por qué será?