Acarreo en Zócalo: López Obrador se asume como el nuevo Lázaro Cárdenas

La Retaguardia

Adriana Moreno Cordero

  • Todo el apoyo a la ministra Norma Piña, ante embates de Palacio Nacional

Lo que se vio el sábado en el Zócalo de la Ciudad de México y sus inmediaciones fue un acarreo más de esta errada y llamada Cuarta Transformación en el que el presidente Andrés Manuel López Obrador se empeñó en asumirse como el nuevo Lázaro Cárdenas. O sea, transita entre el moderno “mesías tropical” a la figura de quien expropió la industria petrolera en 1938, con un Zócalo atiborrado en el que sí exhibió la bandera nacional ondeando a todo lo ancho, a diferencia de la movilización ciudadana del pasado 26 de febrero en ese mismo lugar, en donde el tabasqueño no izó el lábaro patrio porque supone que es de su propiedad.

El problema del tabasqueño, es que toma todo impunemente y se lo apropia; el ejemplo más palpable es el de la bandera nacional, sin descartar que, como el más humilde —según él—, se fue a vivir a un Palacio que blindó y cuyas puertas cerró a ese tan ingenuo “pueblo sabio y bueno”, eso sí con 200 pesos en la cartera.

En la más reciente demostración de músculo que intentó el de Tepetitán el sábado pasado, se vio que hasta en Morena, rémoras y seguidores, existen diferentes status. Ya lo dice un refrán no tan conocido, pero sí muy efectivo: “Si hasta la basura se separa”, de tal forma que sólo los considerados VIP del partido oficial, tuvieron acceso a la primera fila y a una silla frente a la puerta principal de Palacio Nacional, para ver y saludar a López Obrador, que salió seis minutos después de la hora, acompañado de su esposa, Beatriz Gutiérrez, para dirigirse al estrado principal, montado por el gobierno de la Ciudad de México, desde tres días antes.

La no primera dama, pasó a ocupar su lugar en la sección VIP, junto a los hijos del presidente —menos Jesús Ernesto—, y la esposa de José Ramón López Beltrán, la señora Adams, sí, esa que dice su suegro, tiene mucho dinero y entonces el aire que había dejado la lluvia, se podía cortar con un cuchillo, por más que la señora Gutiérrez trató todo el tiempo de sonreír, en lo que terminó como un gesto más bien de desagrado. O sea, no hay unidad ni en la familia del tabasqueño, ¿o sí?

A su paso, rumbo al templete principal, el Presidente saludó a sus cercanos que solícitos, serviles y apresurados corrieron a saludarlo, tal es el caso del líder nacional de Morena, Mario Martín Delgado, y la candidata del partido oficial al gobierno del Estado de México, Delfina Gómez, que casi se saltó las vallas para abrazar a su jefe.

El inquilino de Palacio Nacional se sintió como en sus mejores tiempos, los de candidato, y abrió los brazos como para abrazar a todos. Luego, vino el discurso, que empezó con una bonita historia de los días previos en que Lázaro Cárdenas expropió el petróleo, Y aquí hay que subrayar que este mitin se dio poco después de que se diera a conocer que Lázaro Cárdenas Batel había renunciado al cargo de coordinador de asesores de la Presidencia de la República, se supone, porque no le habría gustado cómo López Obrador trató a Cuauhtémoc Cárdenas cuando lo llamó su adversario, por haber participado en “mexicolectivo”, un frente opositor a esta errada y llamada Cuarta Transformación que nació sin mucha suerte.

Como se recordará, el ingeniero Cárdenas optó por deslindarse de ese movimiento y vía una entrevista a un conocido diario, respondió al tabasqueño que: “Pues simplemente que no tenía razón para decir eso. Yo no soy adversario político de él. Seguramente de otros puedo serlo, pero nunca me he considerado adversario político del hoy Presidente de la República”.

Y si López Obrador invitó al líder moral de la izquierda en México, fue sólo para “colgarse” de la figura del hijo del general Cárdenas del Río. Lo bueno es que Cuauhtémoc Cárdenas prefirió llevar flores a su padre, en una ceremonia familiar en el Monumento a la Revolución.

Total, que luego de narrar la breve historia de la expropiación petrolera, el Presidente retomó lo suyo para rendir un enésimo informe de actividades pletórico de mentiras; tapando que Pemex pasa por uno de sus peores momentos, ahogado en deudas e ineptitud.

Más allá de arengar a sus “corcholatas”, o como una forma de hacerlo, el Ejecutivo prácticamente garantizó que habrá continuidad de su errada y llamada Cuarta Transformación para el 2024. ¿Será?

Municiones

*** El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Ricardo Monreal Ávila, hizo ayer un llamado para revisar y profundizar la estrategia de seguridad pública. El senador Monreal Ávila precisó que la delincuencia organizada no debe continuar arrebatando vidas. Asimismo, recordó a las jóvenes que recientemente perdieron la vida en Guanajuato: Rosa María, Sandra Daniela, Paulina Berenice, Mariana, Gabriela y Yoselin Daniela. El legislador envió su más sentido pésame a las familias de los jóvenes.

*** Lo único que consiguió López Obrador el sábado al ordenar a sus hordas quemar una figura de cartón de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández,  en lo que constituyó una abierta falta de respeto, fue unir más a la oposición en su contra, que por las “ex benditas redes sociales” y otras vías, manifestaron su total rechazo a esta muestra de violencia. “La expresión de odio que sucedió ayer en el Zócalo hacia la primera mujer Presidenta de la @SCJN, la Ministra Norma Piña, debe marcar un límite”, puso la senadora Patricia Mercado. “Ministra Estamos contigo millones de mexicanos que no queremos a un mentecato en el gobierno. Debemos tener un Zócalo y una CDMX en donde nuestra bandera brille para todos”, señaló la senadora panista, Kenia López Rabadán. Los apoyos hacia la ministra Norma Piña se han volcado, lo que ha terminado por causar el enojo en Palacio Nacional, mismo que se manifestará en el gustadísimo “stand-up” mañanero de hoy o de cuando pase este primer puente del año. Aquí bien valdría la pena lanzar una pregunta a Palacio Nacional: ¿y la ministra-cachirula Yasmín Esquivel, seguirá gozando de la protección del tabasqueño?

*** Por cierto, en la reunión que sostuvo el presidente López Obrador con congresistas norteamericanos que asistieron acompañados por el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, ¿les habrá repetido la frase que pronunció en su discurso del sábado de que México no es un protectorado ni una colonia de los Estados Unidos? Según se sabe, el ambiente  que se respiró en el encuentro, no fue tan suavecito, sino más bien ríspido.

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