Cooperación

Desde las Fuentes

Arturo de las Fuentes

 

El interés por la cooperación es tan viejo como el pensamiento humano. Es común afirmar que los seres humanos, en tanto que seres sociales, están dispuestos por ello a cooperar, lo cual no siempre es así. Etimológicamente, la palabra cooperación proviene del vocablo latino cooperatio, que significa com: con o junto; y de operare, que se traduce como: obrar. Es decir, cooperación es la acción de trabajar conjuntamente para realizar un mismo fin o para lograr una misma cosa. 

 

Hablar de cooperación implica que ésta se realice en beneficio de las partes que acuerdan participar, respetando los intereses de cada país y teniendo claridad respecto al rol que tiene que cumplir, y respetarlo tal y como lo acordaron. Cuando la cooperación es desvirtuada, y no existe un verdadero interés, se puede caer en la simulación, mientras que, si uno de los países impone su voluntad, puede convertirse en subordinación.

 

Por esta razón, es necesario partir desde el concepto clave y a partir de él, encontrar el alcance del proceso. Entonces, ¿qué es la cooperación?

 

La cooperación, entonces, supone una serie de procesos vinculados en donde varios actores obran en colaboración para realizar un mismo fin, y responde a la situación en la cual hay una tensión entre lo benéfico para el individuo y para la sociedad en su conjunto. Uno de los factores más importantes para el surgimiento de la cooperación es el hecho de que las partes involucradas sostengan una relación de largo plazo, como la que, por razones incluso meramente geográficas, existe inexorablemente entre México y Estados Unidos. 

 

Otra razón fundamental para que la cooperación se lleve a cabo es la expectativa de obtener un beneficio futuro, es decir el sacrificar un beneficio actual para obtener uno en un momento no inmediato; al tomar la decisión de cooperar o no cooperar, las partes están buscando nuevas oportunidades de obtener beneficios futuros.

 

Si llevamos las ideas anteriores al plano internacional, el término cooperación internacional nos indica una delimitación en cuanto a la calidad de los actores que participan en una negociación, y nos señala también, de entrada, que hay Estados–nación involucrados. La cooperación internacional se ocupa del cómo los Estados-nación podrían convertir sus conflictos de interés en beneficio mutuo. 

 

Existen varios factores que incentivan la cooperación internacional, como son la existencia de intereses comunes. Entre mayor sea el interés común y menor el grado de intereses en conflicto, más probabilidades habrá de que los gobiernos encuentren una forma de sobrellevar dichas dificultades. 

 

El factor más importante para la cooperación internacional es lo que algunos estudiosos del tema denominan la “sombra del futuro”, y que significa que, entre más valoren los Estados los beneficios futuros, mayor voluntad tendrán de cooperar hoy. Un Estado con visión a corto plazo sólo considerará los costos y beneficios inmediatos de sus acciones, por lo que estaría tentado a no cooperar.

 

En esta misma línea, y considerando nuestros espacios estratégicos, debemos considerar que son varios los factores que permiten la cooperación binacional en la frontera mexicano-estadunidense: el primero es la posición geográfica, ya que la primera condición para que surja la cooperación es que los individuos tengan una amplia posibilidad de volver a encontrarse. Otro factor lo constituye las relaciones de intercambio que existen entre los dos países; el tercer elemento es la infraestructura a lo largo de la frontera de las dos naciones y, el cuarto, la intención de los Estados nacionales de llevar a cabo la cooperación.

 

Sólo a través de la cooperación internacional será posible iniciar el proceso de planeación regional binacional que permita no sólo resolver la problemática de la frontera norte, sino convertir ésta en una zona mundialmente competitiva, que contribuya al desarrollo económico y social del resto de la nación

 

Finalmente, si existe claridad en los términos de la cooperación y las partes cumplen con ello, se evita que se lleguen a extremos que orillen a situaciones de subordinación a los intereses del más fuerte. Dada la diversidad de temas que confluyen en la relación México – Estados Unidos, y el impacto de todos ellos en la frontera entre ambos países, es necesario promover una cooperación genuina, y no condicionada o de subordinación, a los temas de interés e impacto común.