LA RETAGUARDIA
ADRIANA MORENO CORDERO
¿Cuánto le podrá importar el presidente electo Donald Trump las amenazas de los legisladores de Morena? Por supuesto nada, y es que no hay forma de que quien llegará a la Casa Blanca el 20 de enero, cese sus amagos en contra de esta errada y llamada cuarta transformación ahora en su segundo piso a la que ve, por encima del hombro y como culpable de todos los males que se viven en Estados Unidos en cuanto al consumo de drogas y fentanilo, pero eso sí, ni una palabra dicen de aquel lado de la frontera sobre que desde el poderoso vecino del norte, salen las armas que compran los cárteles mexicanos.
Para diversos especialistas, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió firme y contundente a las amenazas arancelarias que a diario le lanza Trump a nuestro país e hizo bien en responder en esta guerra comercial que a un arancel de EU correspondería otro del lado mexicano, no obstante, la suma de aranceles afectaría a la población mexicana y a la estadunidense, en una especie de Ley del Talión comercial.
Otro sector de dichos analistas, consideran que México no está en condiciones de lanzar dicha Ley del Talión comercial pues se perderían empleos, elevada volatilidad e incremento en los precios de bienes importados que se trasladaría a los consumidores.
La mandataria de México pidió en la carta que le envió al presidente electo norteamericano, que por cierto ni se tomó la molestia en leer, un diálogo de iguales, a lo que tampoco hará mucho caso el nuevo inquilino de la Casa Blanca que, -hay que recordar-, ve a los “bad” hombres, léase, migrantes ilegales, como el peor de los males que puede sufrir EU.
Además, en diversos espacios se ha anticipado el trato que le dará Trump a la presidenta de México, si es que algún día aceptara reunirse con ella pues también la personalidad del futuro presidente de los Estados Unidos, cuenta con una buena dosis de misoginia.
Menos le va a interesar al controvertido presidente electo el plan México que la presidenta Sheinbaum presentará hoy en la llamada mañanera del pueblo para mitigar estas amenazas y en el que se detallará cuál será la respuesta de parte de nuestro país, que podría tener graves consecuencias no solo para México, también para EU.
“Nosotros negociamos como iguales, aquí no hay subordinación porque nosotros somos un gran país… hay gobierno hay pueblo, estamos unidos los mexicanos, bueno, podemos tener diferencia en otros temas pero es parte de la democracia”. ¿Será?
Retomando el tema inicial, los legisladores de Morena y sus rémoras, intentan “espantar con el petate del muerto” a quien en breve, llegará a la Casa Blanca y ya anunció con suficiente antelación cuáles son las primeras órdenes ejecutivas que va a firmar.
Lo que hay que tomar en cuenta, por otra parte, aquello que opinó el empresario Carlos Slim en el sentido de que Trump no es “Terminator”, es “Negociator” y lo que estaría haciendo el presidente electo de EU, es arrinconar a México para poder negociar en condiciones en las que el vecino país del norte pueda sacar la mayor tajada.
Sin el apoyo de la oposición, en el Senado de la República un envalentonado Gerardo Fernández Noroña, sabedor de que está a muchos kilómetros de distancia de Trump, dio a conocer un pronunciamiento en el que tanto el partido guinda como sus rémoras, señalan: “La imposición de aranceles no sólo afectaría a las empresas estadounidenses que operan en México y a nuestra economía, tendrían un impacto negativo de los consumidores y de la economía estadounidense, además, de ser una medida injusta, unilateral que violenta los acuerdos comerciales existentes entre ambas naciones» .
Efectivamente, serían los consumidores estadunidenses lo que ahora sí que “pagarían los platos rotos” y un palpable ejemplo es el del caso del aguacate que tanta demanda tiene en la celebración del Super Bowl.
Asimismo, son tantos los temores que tiene el oficialismo en nuestro país sobre “echarse un alacrán al pecho”, como lo es Donald Trump, que no reparan, o no quieren reparar, en que con su tan llevada, traída y controvertida reforma al poder judicial, empezaron a dar al traste con la relación México-Estados Unidos, y eso, conjugado con la inminente llegada de Trump a la Casa Blanca, hizo el cocktail perfecto que habrá que ver en qué para.