Desarrollo y modernización fronteriza

Desde las Fuentes

Arturo de las Fuentes

Hace algunos días, la oficina del Censo de Estados Unidos dio a conocer que, durante el primer semestre de este 2023, México se consolidó nuevamente como el primer socio comercial y proveedor de los Estados Unidos, seguido de Canadá y de China.

La coyuntura de los últimos años ha favorecido a México, quien ha sabido aprovechar los efectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la invasión de Rusia a Ucrania y la relocalización de las cadenas de valor globales a partir de la pandemia por COVID-19.

La frontera México- Estados Unidos se ha consolidado como un espacio estratégico de la relación bilateral, ya que en este espacio se ha comenzado a relocalizar la industria, a partir del nearshoring que ha permitido a México, fungir como un espacio competitivo en las cadenas de producción regional en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

De acuerdo con la Oficina del Censo, del total del comercio internacional de Estados Unidos, México tuvo la mayor participación con un 15.7%, seguido por Canadá con 15.4% y, en tercer lugar, China con un 10.9%. La misma tendencia se presentó en cuanto a proveedores de mercancías, en donde México lideró con un 15.9%, por delante de Canadá con 13.6% y China con 13.3%

Como consecuencia, nuestro país continuó consolidándose como principal socio comercial de Estados Unidos, en donde el intercambio entre ambos países incluye autos y electrodomésticos por parte de nuestro país, así como suministros industriales y bienes de equipo por parte del país norteamericano.

Es importante señalar que, si bien en términos generales Estados Unidos ha presentado una contracción de su comercio exterior, México se ha conducido con éxito, toda vez que las importaciones estadounidenses de mercancías mexicanas, si bien se han desacelerado, continúan creciendo, contrario a lo que sucede con las importaciones de los otros dos socios comerciales, China y Canadá.

Esto implica un gran reto para la región, que debe buscar la competitividad, a fin de mantener la agilización de los flujos, las dinámicas transnacionales, así como el intercambio bilateral de mercancías, capitales y personas. La base del desarrollo binacional descansará en buena medida en la modernización y creación de nueva infraestructura binacional que permita agilizar los flujos, a la vez que contemple el espacio binacional, sobre todo si consideramos el comercio intrarregional que se da entre los diez estados fronterizos que constituyen, proporcionalmente hablando, la décima economía mundial.

¿Que implica la modernización y creación de nueva infraestructura binacional en la frontera México – Estados Unidos? Partamos de la idea que la infraestructura es el conjunto de instalaciones, servicios y medios técnicos que soportan el desarrollo de las actividades. En el caso de la frontera, los cruces y puentes internacionales son la infraestructura binacional que mantiene a dos países conectados y permite el paso de personas, mercancías y vehículos.

La infraestructura binacional tiene, entre otros, un propósito fundamental: promover el desarrollo (en distintas dimensiones y sectores) de los países que comparten dichas obras. En lo que se refiere a la frontera México – Estados Unidos, la infraestructura se ha consolidado como un sector estratégico ya que ha sido la base del crecimiento económico regional, si consideramos que una buena parte del intercambio de mercancías y personas se realiza por la vía terrestre, consolidándola como el límite internacional más transitado a nivel internacional, así como el más dinámico en cuanto al cruce de personas.

Es imprescindible hacer más eficiente y seguro el cruce de personas, mercancías y capitales en la zona de libre comercio más dinámica del mundo, garantizando con ello, una mayor competitividad regional, a la vez que se consolide el desarrollo urbano y un ordenamiento territorial binacional con seguridad vial.

Finalmente, solo a través de la modernización y creación de nueva infraestructura binacional se podrá garantizar el desarrollo binacional, entre dos naciones que prospectan un mayor dinamismo en los próximos años a partir del proceso de integración regional y las dinámicas del nearshoring.