Dura confrontación en el Tricolor

Los Bazucazos de Ubaldo Díaz

El líder nacional del PRI, Alejandro Moreno, se reunió por más de cuatro horas con exdirigentes del tricolor, para aclarar los resultados de las elecciones de los últimos dos años. Nos dicen que su posición fue firme y comparo los resultados de su partido con la de los otros partidos de oposición.

Los exlíderes que acudieron ayer son aquellos, que  pasaron sin dejar huella en el tricolor, otros fueron derrotados en las urnas y  se llevaron una respuesta negativa a su petición de renuncia.

El campechano con razón dice que fue electo como líder nacional por cuatro años y que se quedará para recomponer el partido, pero les advirtió que los enemigos del PRI están afuera no dentro.

   Aseguró que se reagruparán y harán una autocrítica constructiva para replantear la estrategia para las elecciones estatales del 2023, donde los priistas se jugarán su resto: en Edomex y Coahuila y tienen confianza en conservar el poder.

En la conferencia con sus todavía aliados del PAN y PRD, fue interesante la elección de palabras que utilizó para referirse a esta elección, pues no habló de conservar o refrendar el dominio tricolor en sus últimos bastiones, sino  de ganarle a Morena, que hagan un protesta internamente y también deben hacer trabajo de partido,  ir a los seccionales a las comunidades, pero por lo pronto   no quedarse solo en los  escritorios de sus oficinas, sino que hagan política en  los estados o en el DF.

  Este aquelarre, con los expresidentes del PRI dará todavía mucha información. Varios de ellos se presentaron en el tricolor pero poco tenían que aportar.

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La reunión de Toluca, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) envió un mensaje de unidad partidista. Sólo que teoría y práctica no se acoplaron. A la cita acudieron tres aspirantes a la candidatura presidencial; pero faltó uno. Esa ausencia nos refleja una especie de discrepancia que podría convertirse en división, en el interior del partido.

Vamos por partes: el domingo se efectuó en Toluca lo que se interpretó como el banderazo de salida hacia las elecciones estatales el 2023 y las presidenciales el 2024. Hicieron un acto ilegal, porque son verdaderos mítines electorales.

Se trató también, entre otras ideas, de demostrar que existe una unidad férrea en Morena, que los destapes de “corcholatas” no ocasionarán problema alguno de división.

La dirigencia morenista llevó a la pasarela a precandidatos que aspiran a la gubernatura; así como a los “destapados” Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores (SRE); Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la CDMX; y Adán Augusto López, secretario de Gobernación.

Los funcionarios morenistas fueron recibidos con aplausos y los gritos de ¡presidente!; de esta manera se oficializó la “pasarela” de los políticos que buscan el poder político, concretamente, la silla presidencial.  El propósito de la reunión de los morenistas fue el mensaje inequívoco de unidad que está prendida de alfileres, por ahora.

Y el líder del Senado, Ricardo Monreal, podría convertirse en el “ave de las tempestades”, en el partido guinda. Tiene el propósito de competir en la contienda electoral presidencial, pero el mandatario López Obrador lo hizo a un lado cuando nombró a sus “corcholatas”; pero el zacatecano se “autodestapó” y esta decidido a llegar hasta el final, pues cuenta con experiencia y respaldo de muchos grupos sociales.

Habrá que estar muy pendientes del desarrollo de las relaciones de ambos políticos, que ya en otra ocasión se enfrentaron cuando el zacatecano luchó por gobernar la CDMX. En esa confrontación la adversaria fue la doctora Claudia Sheinbaum.

El más reciente motivo para tener presente esa expresión del primer mandatario se dio el domingo anterior, con motivo de la concentración popular registrada en el centro de la ciudad de Toluca supuestamente para convocar a la unidad dentro de las filas del partido oficial, Morena, pero que en realidad marcó el inicio del proceso interno de esa organización para elegir a su candidato presidencial.

El señalamiento de que ese acto puede ser considerado —y castigado— un acto anticipado de campaña no viene de los rivales políticos de Morena. La advertencia la hizo una de sus principales figuras políticas, el coordinador de sus senadores y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Ricardo Monreal Ávila, quien a pesar de ser marginado por el presidente López Obrador de la lista de potenciales candidatos a sustituirlo al frente del gobierno federal, se declara listo para inscribirse en el proceso de selección interna.

Monreal se mueve por sus conocimientos jurídicos y por su larga experiencia política, durante la cual ha ganado reconocimiento por su capacidad de negociador, aunque siempre ha mantenido independencia de criterio y ha hecho valer sus derechos, como cuando el PRI le negó el derecho a ser candidato a gobernador de su estado, Zacatecas, y aceptó la candidatura de una coalición partidista, encabezada por el PRD, que lo llevó a la victoria contra su ex partido.

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Hablando del Partido Movimiento Ciudadano, el problema del abasto de agua en Nuevo León ha evidenciado las carencias no de infraestructura, sino de oficio político del gobernador Samuel García y de paso del presidente municipal de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas.

El gobernador tiene como principal bandera, hasta el momento, el encarcelamiento de Jaime Rodríguez, El Bronco, a quien por cierto le cambiaron la prisión preventiva por domiciliaria.

Es muy probable que en las próximas semanas El Bronco sea sancionado económicamente y después puesto en libertad.

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