El penoso caso de Laida Sansores

Los Bazucazos de Ubaldo Díaz

La gobernadora de Campeche, Laida Sansores, en forma ilegal espió a muchos políticos y comunicadores, intento chantajearlos pues decía que tenía mucha “información comprometedora”, pero al final fue pura basura.

  Se jactaba de exhibir a sus adversarios en su programa de Martes del Jaguar, para ventilar conversaciones, obtenidas, obviamente de espionaje puro para revelar los contenidos, sobre todo del priista y exgobernador de Campeche Alejandro Moreno “Alito, su principal adversario.

Gozaba cuando lo advertía, incluso con anticipación como una telenovela, promocionaba y llamaba a no perderse ese capítulo que prometía llamadas telefónicas o textos de chats, tanto de Alito como de otros funcionarios. Hoy no enteramos que destino un presupuesto para tratar de corromper a los  comunicadores, ofreció dinero a varios periódicos, pero estos lo rechazaron.

Ahora le tocó ser la protagonista estelar de esos mensajes donde se habla de la operación de su sobrino Gerardo Sánchez Sansores de infiltrarse, junto con su esposa América del Carmen Azar Pérez al equipo de confianza de Alito y donde dan cuenta de desvíos de dinero de esa administración para la campaña de Layda.

Que nunca se dio cuenta Alito que él les financiaría parte de la campaña a Layda y parte de la guerra mediática contra su sobrinito, que era el candidato del PRI, Cristian Castro.

Bueno, dicen los que saben que después de ventilar ese contenido, Layda no para de llorar, que no ha respondido hablar con los medios de Campeche, y menos nacionales.

Lo que más le duele es que se le cayó la cara de buena moral que buscaba sostener ante el propio Presidente López Obrador. En el contenido la exhiben que ella pide a sus colaboradores dar más “dulces” a los medios. Quiero más travesuras con la prensa, ¿qué no les pagan o qué?, es una de sus quejas.

Layada Sansores es una mujer con carácter pero a la vez también muy sensible, basta recordar cuando era senadora por el PRD, en la pasada legislatura cuando en Tribuna mentó madres y en respuesta le contestó el también senador, Armando Ríos Piter que no se le olvidara que su papá, el Negro Sansores Pérez,  fue el gobernador más corrupto del país.

Layda no aguantó y soltó el llanto en el pleno de la Cámara Alta, Ríos Piter después se disculpó.  Hoy, de nueva cuenta no para de llorar y, dicen los que saben que en campeche saben que viene la segunda parte.

 Habrá que ver ahora que inventa para enfrentar a sus adversarios y como se disculpa con el Jefe el que despacha

En Palacio Nacional, por esas graves fallas de corrupción. No que no eran iguales

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La coalición “Va por México” se irá robusteciendo con las organizaciones de la sociedad civil, de cara al proceso electoral del 2024, porque la base de la alianza es la fuerza ciudadana, afirmó el diputado Alejandro Moreno.

  Moreno prevé que la disputa por la Presidencia de la República será entre dos coaliciones y dos candidatos, y advirtió que si alguna fuerza política abandera a un tercer aspirante, será para hacerle el servicio de esquirol y lacayo al gobierno.

La dirigencia nacional del PRI señaló que para fortalecer a “Va por México” mantiene un diálogo permanente con la sociedad civil, para escuchar su visión y sus demandas.

Destacó que las organizaciones de los ciudadanos tienen que trabajar y participar políticamente, y lo están haciendo.

 Por ello, agregó la dirigencia nacional, es una responsabilidad unirnos, trabajar juntos, y lo estamos haciendo, porque la unidad es la clave para alcanzar el triunfo en las elecciones del 2024.

El CEN del tricolor expuso que en el gobierno de Morena están preocupados porque la coalición del PRI con el PAN y el PRD les impidió hacerse de la mayoría absoluta en el Congreso y eso les obstaculizó sus reformas constitucionales y destruir las instituciones electorales.

Puntualizó que lo que México necesita es una gente con trayectoria, que pueda construir, que tenga carácter y voluntad, y que pueda sacar al país adelante.

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parece que aquella “buena” relación, en no pocas ocasiones hasta sumisa, entre el Poder Judicial de la Federación, léase la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y el Poder Ejecutivo Federal, esto es, Palacio Nacional, sufrirá un cambio, para bien del país y de nuestra democracia, con un mejor equilibrio de poderes.

Recordemos que de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 49 de nuestra Carta Magna, el Supremo Poder de la Federación, el Poder del Estado, se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial y precisa que no podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona o corporación. Una fórmula sana para evitar los excesos o abusos de poder, ya que de esta manera se constituye un sistema de contrapesos y equilibrios. Al menos en la teoría.

Así, al Poder Legislativo le corresponde la expedición de las leyes, la conformación del marco jurídico; el Poder Judicial las interpreta e impone su cumplimiento, y al Ejecutivo le toca gobernar en base a la legislación vigente, porque, de acuerdo al principio de legalidad, la autoridad solo puede hacer lo que expresamente le permite la ley.

Y es que, en el gobierno de la 4T, hemos vivido un desequilibrio entre los poderes de la Unión, con un poderoso Ejecutivo con predominio sobre los otros dos. En el Congreso, a una mayoría simple de legisladores de Morena y aliados en la Cámara de Diputados y en el Senado, se agrega una ciega obediencia a las instrucciones de Palacio, bajo un tóxico concepto de lealtad, en el que las leyes se aprueban sin modificar ni una coma, y así les va.

Y en la SCJN, sin llegar a los extremos de obsecuencia de los congresistas, la presidencia anterior de la Corte evitó al máximo contrariar al Ejecutivo, estirando la liga del derecho frente a disposiciones abiertamente contrarias a la Constitución y dejando que el tiempo operara en favor del gobierno, lo que no impidió comentarios críticos desde Palacio, que siempre esperó la misma lealtad y una pronta respuesta como la de sus huestes parlamentarias.

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Fue presentado documento ante el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, (INE), en el que de nueva cuenta se subraya que el tristemente famoso Plan “B” de la Reforma Electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, pone en severo riesgo las  elecciones del 2024, porque el inquilino de Palacio Nacional está verdaderamente obsesionado en reducir los recursos destinados al INE y ahorrarlos.

Con eso de que desde hace meses estableció su famoso discurso de la “pobreza franciscana”, mismo que, -dicho sea de paso-, los flamantes integrantes de su gabinete, distan mucho de haber seguido; al contrario, el despilfarro no tan debajo de la mesa, es el que  permea en el partido oficial, sobre todo, ahora que estamos en la cuenta regresiva de la carrera presidencial en Morena.

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