El pleito por la democracia, transcurre sólo entre las cúpulas, sin debate ni sociedad

TRAS LA PUERTA DEL PODER

Roberto Vizcaíno

 

Un día, en su mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció  ufano que presentaría una iniciativa de reforma electoral con la cual desaparecería  al INE y las normas electorales vigentes, disminuiría el número de diputados y senadores y recortaría sustancialmente el enorme gasto que se destina a partidos y comicios, entre otras muchas cosas que se supone son un atentado contra la democracia y el ascenso de un régimen dictatorial en México.

Los 125 millones de mexicanos que somos, hicimos como que la Virgen nos habla y continuamos con nuestra vida, sin hacer gestos y sin intentar salir a las calles o plazas de nuestras ciudades para apoyar o disentir con tal anuncio.

Por nuestra apatía y falta de cultura y educación democrática, política dejamos sin apoyo ciudadano tanto al Presidente como a la oposición,

Por ahí muchas horas después, con cierta modorra los dirigentes de los partidos del oficialismo y algunos de la oposición reaccionaron y comenzaron con los dimes y diretes.

Un pleito de vecindad, con descalificaciones, insultos, amenazas no el debate o la negociación, el análisis o las contrapropuestas.

Nada que sea más allá de chismes de lavadero en la vecindad política.

Hoy los 125 millones de mexicanos que somos, continuamos con nuestra vida plana y simple, sin hacer gestos y sin salir a las calles ni por el anuncio presidencial, ni por la violencia e inseguridad, miles y miles de ejecuciones, ni por la falta de empleo, o el aumento de la pobreza, por nada.

Así mismito somos, un pueblo estoico, ajeno a nuestra propia realidad y destino.

Así transcurrimos hasta el domingo 13 de noviembre pasado día en que en una veintena de ciudades y en la capital de la república salimos cientos de miles a defender al INE y a la democracia y a expresarnos en contra de la reforma electoral de AMLO.

El mandatario nos llenó de injurias y epítetos. Nadie movió una pestaña por eso.

La ausencia de liderazgo, de una propuesta que diera continuidad a esa protesta, volvió a enfriar los ánimos ciudadanos.

En todo este inter, quienes han seguido en la pelea, siempre en los medios no en la calle y las plazas, son AMLO y su círculo cercano por un  lado, y Lorenzo Córdova y su fiel escudero Ciro Murayama y personajes como Claudio x GonzálezGustavo de Hoyos y algunos dirigentes de partidos y asociaciones de la sociedad.

Las cúpulas de uno y otro lado pues.

Todo eso sin expresiones de la sociedad.

Los 125 millones de mexicanos que somos, continuamos con nuestra vida, sin hacer gestos ni salir a las calles ni a protestar ni a apoyar. A nada.

VA DERECHO Y NO SE QUITA

El que no pierde su tiempo es el senador Ricardo Monreal quien ayer presentó su ideario a través del texto: “Nuestra Visión; un proyecto en construcción con México”.

Y anunció que, de llegar a Palacio Nacional como presidente para el siguiente sexenio, creará la primera Secretaría de Diversidad, Género e Inclusión en la historia de México.

Consideró que un Gobierno como el suyo, que sería basado en la reconciliación, de ese paso entonces la diversidad e inclusión se transformarán en fortaleza y prioridad al mismo tiempo.

Esta nueva secretaría, explicó, concentrará sus esfuerzos en diseñar mecanismos para garantizar la inclusión de todas las personas en la sociedad; su representatividad en todos los espacios, y la igualdad de todos los grupos culturales y sociales.

Para él, el Gobierno tiene que reflejar en su interior la misma diversidad cultural y social de la población.

Sería, dijo, una nueva forma de hacer política con un enfoque vanguardista centrado en las personas.

Eso implica que representantes de la diversidad de nuestro país participen en la identificación de obstáculos, oportunidades y diseño de políticas públicas, para asegurar la mayor eficiencia y las mejores soluciones.

Y es que un país de igualdad y equidad de género, donde los derechos se reflejan en hechos se propone que no sólo se fortalezca la transversalidad de la perspectiva de género, para que forme parte de cada política, así como de la planeación, las estrategias, programas y presupuestos del Gobierno, sino que se implementen mecanismos de rendición de cuentas, que permitan determinar cuáles son los logros efectivos en la igualdad de género.

De igual forma pueblos y comunidades indígenas y de afromexicanos serán apoyados con inversión local, representatividad e inclusión en toma de decisiones.

Monreal se comprometió a fortalecer a las instituciones que apoyen y difundan la riqueza e importancia cultural de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos.

Se priorizará su integración en la toma de decisiones sobre megaobras y otros desarrollos que pudieran afectar su región, su entorno y sus culturas.

Se garantizará su acceso a servicios públicos de calidad y con pertinencia cultural, incluyendo los relativos a salud, educación bilingüe, acceso a justicia y vivienda.

Un apartado especial será el del Plan Nacional de Acción LGBTTTIQ+ en México, indicó.

Con estos planteamientos el zacatecano es el único precandidato presidencial que ha presentado propuestas y planes específicos dentro de su accionar electoral.

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