LA RETAGUARDIA
ADRIANA MORENO CORDERO
- Otro mitin político, ahora en la Sala de Armas; senadores oficialistas ponen sus “barbas a remojar”
La representante de los trabajadores del Poder Judicial en paro, Patricia Aguayo, al enterarse de que los diputados morenistas y sus rémoras habían decidido sesionar en una sede alterna la controvertida reforma del Poder Judicial que finalmente fue una cancha de basquetbol en la Sala de Armas de la Magdalena Mixihuca dijo que los diputados del oficialismo se podían ir a legislar al infierno si ese era su deseo.
Y sí, el día de ayer, al sesionar en torno a la aprobación de dicha reforma optaron por convertir la Sala de Armas en un infierno. El desorden y el caos total en el sillerío que improvisadamente armaron, con ausencia de tablero, algunos micrófonos y votación a mano alzada, con todo y que a decir del coordinador de la fracción parlamentaria de Morena, Ricardo Monreal en un video que circuló por las redes, se trataba de una sede alterna que para nada era “fifí”.
La ausencia de la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez, era por razones evidentes; ella no podía estar en medio de tanto trajín y desorden. Según se sabe, cuando le propusieron que durara un poco más en esa posición, la maestra Ifigenia contestó que ella solo estaría ahí hasta cuando le entregara la banda presidencial a Claudia Sheinbaum quien, como se recordará, con anticipación la escogió a ella para el cambio de estafeta.
Desde el lugar donde los reporteros, -que pasaron muchos trabajos para ingresar a la sede alterna-, aquello era peor que una romería o un mercado. Nadie podía saber a ciencia cierta si los que estaban sentados y sentadas en las sillas plegables eran diputados y diputadas, por lo que el diputado Elías Lixa, solicitó un receso para tratar de poner orden en ese monumental relajo en el que nadie era capaz de poner orden o averiguar el quorum y a pesar de ello, la sesión se llevó a cabo en la cancha de basquetbol donde por cierto, el calor fue de menos a más y no solo por los debates y pleitos.
La consigna de Morena y rémoras además de la cerrazón total y absoluta, era sacar adelante la controvertida reforma, sin importar el número de horas que se necesitara estar.
A partir de las cuatro de la mañana de ayer, trabjadores del Poder Judicial y estudiantes de de Derecho, sitiaron el Palacio Legislativo de San Lázaro para evitar el acceso de los diputados, que estaban citados a las seis de la mañana. Morena envió a un grupo de esquiroles para confrontarse pero afortunadamente no encontraron eco
El vocero de la bancada de Morena en la Cámara Baja, Arturo Avila declaró en varias ocasiones que los provocadores eran los trabjadores y con una necedad que no aceptaba el menor cuestionamiento, el diputado morenista negó que hubiera prisa por parte del oficialismo para darle el regalo anunciado al presidente Andrés Manuel López Obrador, sin cambiarle “ni una coma”.
Por horas estuvieron plantados los estudiantes de Universidades tanto públicas como privadas tanto en San Lázaro como en la sede alterna y siempre fueron muy contundentes al señalar que la reforma del Ejecutivo “es extremadamente perjudicial para nuestra democracia y el contrapeso de Poderes”.
Los engaños de la aplanadora morenista fueron a más. El diputado Alfonso Ramírez Cuéllar prometió recibirlos y cuando uno de los estudiantes logró colarse en la sede de la Magdalena Mixihuca, José Mario de la Garza de Movimiento del 24, solo recibió insultos desde luego, de parte del oficialismo, por lo que concluyó que oficialismo, “lo único que están trabajando es la destrucción de la democracia y del país”.
Es más, la diputada Olga Sánchez Cordero había igualmente prometido estar en la comisión para recibir a los inconformes pero de manera por demás oportuna, su cardiólogo le recomendó que tenía que hospitalizarse, o, ¿será que le dieron un manotazo en el escritorio y por eso se optó por borrarla de la escena?
Hay que recordar que ella era la única de la bancada guinda y rémoras, que no estaba del todo de acuerdo con la exintición de Fideicomisos del Poder Judicial que planteó hace algunos meses López Obrador.
La coordinadora de Movimiento Ciudadano, Ivonne Ortega consideró que ayer fue una mala tarde con muy mala voluntad, “estamos viendo una bancada sobrada y soberbia”, e hizo una pregunta que muchos han planteado y quizás pudiera tener alguna respuesta hasta después del primero de octubre: ¿por qué tantas ganas de complicarle la vida a la futura presidenta de México?
La oposición buscaba que la caótica sesión se declarara inválida, con playeras blancas con la leyenda “Soy Resistencia”, el diputado Héctor Saúl Téllez hizo uso de la improvisada tribuna de la Sala de Armas para fijar la posición de su partido.
Quién lo diría, el diputado Monreal hizo un papel muy similar al que la flamante secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde desempeñó el pasado primero de septiembre en el salón de Plenos de San Lázaro, cuando con la voz quebrada y los ojos acuosos, emocionada dijo que entregaba el sexto y último presidente que ha tenido México.
Monreal más o menos dijo lo mismo de López Obrador, que era lo máximo, sabedor de que el tabasqueño lo estaba viendo por el canal Legislativo y agregó que, “el pueblo está harto de la dictadura de la toga y el birrete, (aunque luego por la emoción se equivocó y dijo ‘la torra y el biguete’) y prometió una auténtica división de Poderes. ¿Será?, y agregó que la controvertida reforma no puede explicarse bajo criterios neoliberales.
Al borde de la ronquera Monreal se desvivió en arengar aquello de que “es un honor estar con Obrador”, “presidenta, presidenta” y dedicarle vivas a las rémoras morenistas, el PVEM y el PT, al igual que otros diputados como Leonel Godoy.
¿Será que como se trataba de una nada “fifí” cancha de basquetbol, el legislador zacatecano supuso que podía hacer un mitin político en el lugar?
A cierta distancia de este lugar, los senadores del oficialismo “pusieron sus barbas a remojar” y por lo menos ayer, estaban contemplando buscar una sede alterna porque el blindaje a la Cámara Alta no garantizaba nada, y eso quedó aprobado desde luego por Morena y rémoras.
Con la vulgaridad que ha caracterizado a la senadora morenista Lucía Trasviña dijo que «Aunque sea abajo de un árbol, vamos a sesionar» y recibió respuesta por parte de la priísta Claudia Anaya, quien lanzó la pregunta a los de la bancada mayoritaria: «¿Cuál es el miedo?… ahora quieren ir abajo de un huizache, pero el pueblo se los va a recriminar. Ya veremos quién se quiere esconder del pueblo y quién le quiere dar la cara a la gente».
El senador del PAN Gustavo Sánchez advirtió que sesionar fuera del Senado de la República, «mandaría un mal mensaje a los mexicanos”. Pues sí, cuestión de ver lo que ocurrió en la Cámara de Diputados.