Migración y seguridad fronteriza

Desde Las Fuentes

Arturo de Las Fuentes

 

El patrón actual de la migración México – Estados Unidos es radicalmente diferente del que prevalecía en la segunda mitad del siglo XX. Durante las últimas décadas, hemos pasado de ser un país históricamente expulsor de migrantes, a ser un país de tránsito y hasta convertirnos, actualmente, en un país de destino de diversas nacionalidades que se están asimilando en territorio mexicano.

 

Importantes cambios se observan en cuanto a la magnitud, intensidad, modalidades y perfiles sociodemográficos de los migrantes, que se ha manifestado a través de oleadas y caravanas migrantes provenientes de un número considerable de naciones tanto del continente americano, como de otros continentes. De acuerdo con cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), organismo de la ONU, en los últimos diez años México recibió 419,337 solicitudes de asilo, y en 2022 se colocó como el tercer país, seguido de Estados Unidos y Alemania, con un total de 118,756 de ciudadanos de 118 países, de los cinco continentes, una cifra nunca registrada.

 

En este 2023, con el fin del Título 42 se generó expectativa e incertidumbre entre los migrantes, promoviendo con ello, un movimiento en la frontera México – Estados Unidos nunca visto: no sólo han sido largas filas esperando poder ingresar su solicitud de asilo, sino que el tema ha ido escalando poco a poco, hasta llegar a la violencia en algunos cruces fronterizos, en donde los migrantes indocumentados están intentando ingresar de manera violenta hacia los Estados Unidos.

 

Varios puentes internacionales, a lo largo de la frontera México – Estados Unidos están enfrentando esta situación. Por ejemplo, en días pasados, el Puente 1 de Nuevo Laredo, Puerta de las Américas, tuvo que cerrar alrededor de dos horas debido a que un grupo de migrantes rusos quiso ingresar a Estados Unidos por la fuerza, mostrando algo irregular en relación con su cita en la aplicación de CBP One.

 

En los puentes entre las ciudades de Brownsville y Matamoros la situación ha sido similar. De acuerdo con fuentes locales, durante los últimos días han estado llegando grupos de alrededor de 200 migrantes que pretenden pasar hacia Estados Unidos de manera violenta, especialmente por el Puente Nuevo (Gateway), razón por la cual el puente ha tenido que cerrar por algunas horas, afectando de manera directa las dinámicas trasfronterizas propias de la región. Otro caso es el del Puente B&M, donde las autoridades de CBP han tenido que cerrar algunas de las casetas, lo que ha disminuido el flujo vehicular y, en consecuencia, los ingresos del mismo.

 

Y qué decir del Puente Ignacio Zaragoza, mejor conocido como Los Tomates, en donde se ha afectado considerablemente el comercio exterior, a lo largo de los más de cinco reportes generados en los últimos días y que paralizando el tránsito de camiones y consecuentemente de carga entre ambos países, debido a las revisiones exhaustivas que se realizan del lado americano, con la intención de detectar el posible acceso ilegal de migrantes.

 

De acuerdo con la Federación de Cámaras de Comercio del estado de Tamaulipas, se estima que los cierres intermitentes de los cruces y puentes internacionales está generando pérdidas económicas millonarias en ambos lados de la frontera. Para los comerciantes y transportistas de la región, aunado a las largas horas de espera, filas enormes, atrasos y pérdidas millonarias para comerciantes y transportistas.

 

Sin duda, el tema migratorio se va a agudizar si no se atiende de forma adecuada por las autoridades migratorias, y todo indica que es una prioridad nacional y binacional, toda vez que los cruces y puentes fronterizos constituyen espacios de acción bilateral en donde no sólo se requiere coordinación en la operación y funcionamiento de estos, sino cooperación para atender este tipo de fenómenos desde una óptica de responsabilidades compartidas para hacer frente a este gran reto que representa la migración indocumentada.