Negociación e infraestructura fronteriza

 

 

Un proyecto de infraestructura binacional es un proceso complejo, de mediano a largo plazo, y que involucra un gran número de participantes públicos y privados debido a las estructuras gubernamentales, los tiempos y la divergencia de intereses entre cada uno de ellos.

Si bien es cierto que el corazón del proyecto es el acuerdo, éste no sería posible sino gracias a la herramienta fundamental del proceso: la negociación, que es dirigida por una coordinación binacional, y que funge como base para la instrumentación exitosa del proyecto.

La definición de una metodología de la negociación en los proyectos de infraestructura binacional, parte de tres elementos a considerar: primero, el conocimiento teórico y práctico sobre la frontera México – Estados Unidos no cómo límite, sino como región estratégica; segundo, el trabajo de documentación sobre las fases de los proyectos elaborado por Nadbank hace menos de una década; y tercero, la experiencia durante el proceso de instrumentación del Proyecto del libramiento ferroviario de Brownsville – Matamoros.

Es importante señalar que la negociación es una de las actividades que se desarrollan de manera simultánea a lo largo de las cuatro fases de instrumentación, y al igual que toda metodología, está fundamentada en niveles y con base en los objetivos de cada fase, por lo que, su alcance estará definido por la conjunción de diferentes variables que incluyen a los participantes, los objetivos y metas de cada fase, los intereses de cada uno de los actores, así como los tiempos, tanto políticos como de la misma instrumentación.

El objetivo de la negociación a lo largo del proceso de instrumentación del proyecto consiste básicamente en ofrecer soluciones a los puntos de conflicto que surjan a lo largo de cada una de las fases, con la finalidad de lograr acuerdos satisfactorios entre los participantes, acercar posturas y conseguir beneficios mutuos o compartidos.

Esto implica tratar la situación de tensión desde un enfoque integrativo de la negociación, mediante el diálogo y la búsqueda de soluciones pacíficas, con base en la teoría de la cooperación, la teoría de juegos y la teoría de la resolución de conflictos. 

A lo largo de la fase 1, el objetivo de la negociación es básicamente el convencimiento para que el proyecto pueda ser estudiado y técnicamente viable. Esta fase involucra un trabajo constante de fundamentación y argumentación por parte de la coordinación binacional para lograr definir a los promotores del proyecto y convencer a los posibles participantes de que es viable y benéfico para todos los involucrados en el mismo.

Durante la fase 2, el objetivo de la negociación se maximiza y pasa del convencimiento al consenso, ya que es en ésta, en la que se multiplica el número de participantes y en consecuencia el número de intereses inmersos en el proyecto. A lo largo de esta fase se enfrentan retos políticos, burocráticos y los propios del mismo proceso de instrumentación que incluyen los aspectos técnicos y financieros que deben fundamentar el mismo.

En la fase 3 del proyecto, la negociación cambia de nivel y se traslada al aspecto técnico del mismo, y el mayor reto radica en empatar las normatividades y poder homologar el proyecto para que se hable el mismo lenguaje. Es importante señalar que, si bien es cierto que en esta fase la negociación ha cambiado de nivel, se retoman aspectos de las dos etapas anteriores, ya que, por la misma naturaleza del proyecto, se están integrando y actualizando constantemente los participantes del mismo, lo que demanda tomar en consideración los elementos anteriores.

Durante la cuarta y última fase de instrumentación, la negociación atiende aspectos de mayor alcance, ya que es cuando se tienen mayores ejercicios económicos, por lo que la negociación debe estar acompañada en todo momento de la transparencia en los procesos y el correcto ejercicio de los recursos del proyecto.

En esta última etapa, la negociación alcanza su mayor expresión, ya que, si es bien ejecutada, se garantiza la consolidación del proyecto y la entrada en operación de este, con base en el acuerdo y el entendimiento de las partes.

Finalmente, se puede afirmar que una buena metodología de negociación garantiza un ejercicio eficaz en la coordinación de un proyecto de infraestructura binacional en la frontera México – Estados Unidos, garantizado con ello el éxito de este, así como el máximo beneficio para todos los participantes.