Primer Socio Comercial 

Desde Las Fuentes

Arturo de las Fuentes

2023 dejó a México la grata noticia de que, por primera vez después de 21 años, nuestro país se consolidó como el primer socio comercial de Estados Unidos, desplazando a China y abriendo la oportunidad de generar nuevos flujos de intercambio de mercancías, capitales y personas, en el marco de la integración regional.

De acuerdo con los datos publicados por la Oficina del Censo de Estados Unidos, las exportaciones mexicanas hacia el país norteamericano sumaron $475,606 millones de dólares en 2023, lo que representó un crecimiento de 4,6% en comparación con 2022. Esto mismo se contrasta con un descenso del 20% de las exportaciones chinas hacia el mercado estadounidense.

Sobre estas cifras, vale la pena señalar que no son producto de un momento a otro, sino que tienen sus antecedentes en la conjunción de posturas y decisiones estadounidenses, así como el reacomodo económico que se dio a partir de la pandemia por COVID-19 a nivel mundial.

Tan solo durante 2022, que fue el año de reapertura total de la frontera México – Estados Unidos, el comercio entre ambos países alcanzó la cifra histórica de 779 mil 308 millones de dólares, un crecimiento de 17% respecto al monto registrado en 2021 y que colocó a México como segundo socio comercial, detrás de Canadá. 

Esta tendencia positiva se mantuvo durante todo 2023, en donde los gobiernos fronterizos jugaron un papel fundamental para consolidar las inversiones, y en consecuencia las exportaciones hacia el país vecino. Los estados que recibieron mayor inversión extranjera directa fueron Coahuila de Zaragoza (US$801M) y Baja California (US$665M), para el sector automotriz y de la manufactura en general, lo que se tradujo en exportaciones de partes y accesorios de vehículos automotores, así como aparatos eléctricos y en general partes para el ensamble en estos sectores de la producción.

Por su parte, la principal compra de México a Estados Unidos en noviembre 2023 fue Aceites de Petróleo o Minerales Bituminosos (US$1,746M), mientras que los principales destinos de dichas compras fueron la Ciudad de México (US$7,116M), Nuevo León (US$2,061M) y Baja California (US$1,794M).

Vale la pena señalar que la consolidación de México como primer socio comercial obedece a varios factores, a la vez que representa un gran reto para la región. Por un lado, recordemos que, desde la era Trump comenzó una iniciativa estadounidense para “desacoplar” su economía de la de China, que derivó en la guerra comercial entre ambos países.

Por otra parte, el vacío comercial que se generó en Estados Unidos, durante la etapa de la pandemia y lo que llevamos de la postpandémica ha sido bien aprovechado por México, a través de las herramientas que ofrece el tratado comercial, el TMEC, para promover al país como destino de empresas que se quieran salir de China y relocalizarse al país. 

El mayor reto que enfrenta hoy en día nuestro país es la construcción y modernización de infraestructura que permita tener una frontera ágil y segura, así como vías de comunicación que permitan garantizar los flujos de esas mercancías, capitales y personas, en condiciones óptimas para su aprovechamiento regional.

No olvidemos que, históricamente, la infraestructura binacional ha tenido el propósito fundamental de promover el desarrollo (en distintas dimensiones y sectores) constituyendo la base del crecimiento económico regional, si consideramos que más del 80% del intercambio de mercancías y personas se realiza por la vía terrestre, consolidando la frontera México – Estados Unidos como el límite internacional más transitado a nivel internacional, así como el más dinámico en cuanto al cruce de personas.

El nearshoring en México enfrentará el gran reto de definir la forma como deberán ser enviados los productos armados, ensamblados o terminados, para lo cual, se requerirá sistemas de revisión que soporten las capacidades de los flujos sin colapsar, y haciendo más eficiente y seguro el cruce de personas, mercancías y capitales en la zona de libre comercio más dinámica del mundo, garantizando con ello una mayor competitividad regional.

Finalmente, se debe tener claro que la instrumentación de proyectos de infraestructura binacional es un trabajo especializado y coordinado que se articula con un objetivo en común: materializar el proyecto y promover la cooperación como base de la relación bilateral, ya que el impacto de este tipo de proyectos se puede observar en todos los sectores y en todos los niveles, desde el local hasta el regional, en materia de comercio, competitividad, medio ambiente, comunicación, generación de políticas comunes, desarrollo compartido y sobre todo el mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones fronterizas.