Prudencia y rebeldía; Monreal les regresa el balón

Los Bazucazos de Ubaldo Díaz

Cuando llegó Ricardo Monreal Ávila al Conclave de Morena en Francisco I. Madero, Coahuila, fue recibido con ovaciones, gritos de ¡Presidente! ¡Presidente! Y personajes como Adán López mostraron su afecto hacia el líder senatorial. El senador zacatecano si acudió a la reunión de Morena en Coahuila y sabía que estaban preparando un celada, que había grupos acarreados para consumarla.

Pero fue Notable por inaudito y poco frecuente, el recibimiento de Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, hacia el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal Ávila ante cientos de personas que observaron, con ojo crítico el momento que, bien pudo verse, Claudia Sheinbaum se mostró incluso ausente, por el caluroso recibimiento al líder de la Cámara de Senadores.

El caluroso recibimiento a Monreal no es para menos; ahí estaban presentes ni más ni menos que los Senadores que ganaron en las elecciones del domingo cinco de junio en sus respectivas entidades y quienes, en todo momento, contaron con el apoyo de Monreal Ávila; al igual que la candidata y ahora gobernadora electa de Quintana Roo.

Monreal llegó “partiendo plaza”, pues desde que caminaba rumbo al evento, cientos de personas le hicieron valla para gritarle ¡Presidente! ¡Presidente! ¡Presidente! y un nuevo estribillo que, la verdad, le queda bien al aspirante a la Candidatura Presidencial por el Movimiento de Regeneración Nacional; del Partido del Trabajo y, de acuerdo a como se muevan los momios, del Partido Verde e incluso de Partido Encuentro Social.

El también Coordinador del Grupo Parlamentario de Monreal en el Senado, llegó acompañado por Armando Guadiana Tijerina, quien busca la candidatura de su mismo Partido para el Gobierno de Coahuila, de ahí que llegaran continentes de diversos lugares de la entidad, especialmente de Saltillo, de Piedras Negras de Arizpe, de otros puntos de Coahuila.

En su discurso, Ricardo Monreal Ávila habló de la unidad partidista; recordó que en el año 2018 millones de ciudadanos apoyaron a Morena y su candidato Presidencia, por la esperanza de encontrar un futuro mejor para ellos, para sus familias, para sus hijos: Aspira Monreal Ávila a que en el 2024 el Partido se vea beneficiado con el apoyo de la militancia, de los simpatizantes, de la ciudadanía, y así lo dijo en su discurso ante el respetable.

Mario Delgado, Citlalli Hernández, Claudia Sheinbaum, quien no termina por convencer a los de a píe. ¡No prende!  Por momentos, su voz se escuchó entre cortada con poca sinceridad en sus palabras; ausente, como en el momento en que se saludaron Adán Augusto y Monreal Ávila; ¡La gente quiere sentir el liderazgo! Se dijo entre los presentes.

Monreal conoce los tiempos legales de cualesquier evento que refiere a la cuestión electoral; cuidó sus palabras su participación: Conocedor del Derecho, refirió al proceso electoral, sí, pero de Coahuila en donde se avecinan las elecciones en el 2023 y para lo cual, el senador Armando Guadiana Tijerina estuvo presente en este evento de unidad partidista: ¡Rabo y Oreja! ¡Rabo y Oreja! Dijeran los cronistas de la fiesta brava, para sintetizar la presencia de Ricardo Monreal Ávila, en el magno evento de Morena en Coahuila, en la región de la Laguna…

Monreal Ávila afirmó que es necesario que Morena ratifique la hazaña ciudadana de 2018 y logre la victoria en 2024, no se pueden olvidar las causas de la gente ni tampoco su credo filosófico: “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo” y eso significa “no ser rehén de pequeños grupos ni de facciones”.

 El zacatecano reiteró que para refrendar el apoyo al movimiento es indispensable mantener la unidad y la cohesión del partido, pero que éstas no sean ficticias.

 De esta manera, hizo un llamado para abandonar la intolerancia, el dogmatismo y el sectarismo y, sobre todo, no olvidar las demandas de los ciudadanos, los desprotegidos, los humillados y de las personas perseguidas, pues “a todos ellos tenemos que proteger”.

Además, aseveró, es necesario abandonar la simulación, ser humildes, ayudarle a la gente “y retornar a nuestros orígenes que nos dieron fuerza y nos dieron fortaleza”.

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Nuevamente, el Estado de México se encuentra en la órbita de los partidos políticos, toda vez que la elección de junio del año próximo está considerada como fundamental en la carrera por la Presidencia de la República.

Se trata de la entidad más poblada del país y una de las dos que quedan en la república que jamás han sido gobernadas por un partido que no sea el PRI.

El interés por el ahora partido mayoritario Morena, es sumamente grande y cuentan con la experiencia de hace cinco años, cuando se quedaron a tres puntos de conseguir la victoria.

Son tres ocasiones anteriores en las que el PRI entró a la contienda estatal con el alto riesgo de perder la hegemonía. 1999, 2005 y 2017, en todas las demás se advertía la fuerza arrolladora del Revolucionario Institucional.

En 1999, la candidatura de Arturo Montiel, como abanderado del PRI y el crecimiento tenido por el PAN con triunfos en Querétaro, Nuevo león, Guanajuato, Baja California y otras entidades del país hizo crecer la figura de José Luis Durán Reveles que libró una fiera lucha con los todavía fortalecidos priistas. Llegó un momento en que se pensó en que el PRI cedería ese espacio a la ola blanquiazul, que un año más tarde ganaría la Presidencia de la República.

El resultado en las urnas decretó 35 puntos porcentuales para la alianza del PAN y PVEM, contra 42 por ciento del ganador Arturo Montiel, apoyado solamente por el PRI. La presencia de Higinio Martínez, como candidato de PRD y PT, hizo la diferencia, ya que el nuevamente interesado en competir, ahora con los colores de Morena, obtuvo más del 21 por ciento de los votos.

Seis años después, un imberbe Enrique Peña Nieto fue proyectado a la candidatura a gobernador. Se trataba de un político bisoño con escasa presencia en el estado y que fue candidato por la voluntad del gobernador Arturo Montiel.

  Las campañas iniciaron con una ventaja en las encuestas para el candidato del PAN, Rubén Mendoza Ayala, por encima de los veinte puntos. El joven Peña Nieto lo venció con amplitud, sacando más de 20 puntos de diferencia. Peña Nieto se encumbró ahí para la contienda presidencial. Aquí también tuvo mucho que ver que el PRD con su candidata Yeidckol Polevnsky obtuvo el 21 por ciento de los sufragios.

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