Aquí en el Congreso
Por José Antonio Chávez
En las pasadas reformas aprobadas en el Senado de la República, la del Poder Judicial y Guardia Nacional, el ex gobernador de Oaxaca por el PRI, Alejandro Murat se le vio muy activo. Obviamente con severas críticas, pero a su propio ex partido que lo llevó al poder.
Murat, como senador de López Obrador, actuaba de forma extraordinaria en las comisiones y el propio pleno, bajo el total apapacho del líder del Senado y su bancada de Morena, Adán Augusto. Irreconocible, con sus mensajes que haya sido priista.
Bueno, hasta Gerardo Fernández Noroña, como presidente de la Cámara Alta soltaba apapachos para el camarada Murat.
Murat es uno de los gobernadores que fueron desnudados en su partido por haber traicionado y entregado su estado al Presidente López Obrador. La lista suma al estado de México, con Alfredo del Mazo, de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, Campeche, Carlos Ayza, Quintana Roo, Carlos Joaquín, Sonora, Claudia Pavlovich, Hidalgo, Omar Fayad.
Y de última generación esa traición se la adjudicaron, también, al de Yucatán, pero panista, Mauricio Vila que andaba muy enojado porque no lo dejaron imponer su candidato para sucederlo y menos designarlo como candidato Presidencial, lugar que le asignaron a Xóchitl Gálvez.
Bueno, los ex priistas, todos están en el gobierno de López Obrador, unos como Cónsules, otros como embajadores, otros como legisladores, etcétera, la traición, dicen los que saben fue que entregaron sus entidades a Morena a cambio de recibir la bendición de la impunidad y no ser, en lo mínimo molestados. Vila se conservó, a regañadientes en su partido el blanquiazul que lidera Marko Cortés.
Todos esos ex gobernadores son los mismos que se agruparon para patrocinar la campaña de linchamiento contra el actual líder, Alejandro Moreno “Alito”, lo querían desterrar como mandamás porque, a pesar de tomar el partido todo destartalado y moribundo, en 2021 no les entregó ninguna candidatura para sus intereses por traicioneros.
Los mensajeros anote a Dulce María Sauri, Enrique Ochoa Reza, Miguel Angel Osorio Chong, Eruviel Avila, Claudia Ruiz Massieu, Aurelio Nuño y un número de ex gobernadores, muy bravos pero agachones y escondidos durante el sexenio morenista.
Ninguna de esas entidades ha sido criticada por el Presidente, no hay malos manejos de los dineros, y no hay nada que corregir en la Auditoría Superior de la Federación, todas las entidades sacaron diez. No hay falla alguna de focos de corrupción y todos son extraordinarios funcionarios, vaya, casi casi son unos santos.
Sin embargo, hoy es el último día del Presidente, termina su sexenio y en Oaxaca el gobernador por Morena, Salomón Jara lo sabe.
Tal vez por eso decidió soltar los actos de corrupción de su antecesor, Alejandro Murat y sus funcionarios, es lógico que traen un pleito casado, algo así, como a navaja limpia. No se pueden ver y menos encontrarse porque se pueden dar un agarrón, sin importar el escenario donde se encuentren, ni las personalidades con las que estén presentes. Odio puro, sin duda.
Murat pasó de ser priista y ahora ser morenista, que es lo mismo del Verde o del PT, los tres partidos son uno mismo. Todos son López Obrador y a partir de mañana todos serán Claudias.
Pero que fue lo soltó el gobernador, Salomón Jara, que se la tenía bien guardadita, bueno en el Congreso del estado, la diputada morenista, Liz Hernández Matus en voz de su bancada exigió castigo para sus ex funcionarios de Murat por corrupción en el manejo de los dineros de participación federal.
Qué en la Auditoría Superior de la federación, de la Cámara de Diputados que preside, la morenista, Ifigenia Martínez, detectaron irregularidades de mil 169 millones de pesos, que corresponden al quinto año del gobierno.
Que el gobierno de Murat causó daños a la Hacienda Pública y que involucra los servicios d Salud de Oaxaca, la Universidad Autónoma de Benito Juárez y el Poder Judicial, que decir de diversos municipios.
En la esfera cerca del gobernador Jara, soltaron que esa es una parte de las denuncias, pero que hay otros que saldrán antes que se termine el año, que no le van a perdonar a Murat que se haya pitorreado d querer salvar su pellejo y sus dineros desviados, utilizando la estrategia de venderse con el Presidente y pasar de priista a morenista. Vaya, que le genera conflictos a su militancia en Oaxaca.
Entonces la pregunta es ¿esperaron a que se vaya el Presidente para iniciar la guerra Jara-Murat?, bueno, pues lo recomendable es que no los pierda de vista.
¡ADIOS! PRESIDENTE DE A PIE
Cuando López Obrador asumió el cargo de Presidente, estaba más que seguro que sería un Presidente de a pie. Su ilusión era terminar, sino había reelección, su mandato como uno de los mejores que haya tenido México.
Su paso por los aeropuertos, donde marcaba la diferencia de sus antecesores que, nunca se les vio como Presidentes Electos y menos Constitucionales, caminar como cualquier ciudadano en los aeropuertos para trasladarse en aviones comerciales. Menos pasar por el filtro de seguridad y quitarse, incluso el cinturón y sus pertenencias para depositarlas en las famosas charolas o recipientes cuando se cruza el arco detector. Hay gráficas y hay videos, una estampa diferente.
La gente se arremolinaba y era muy querido, López Obrador marcaba una nueva historia en la forma de gobernar. Se pronunció por la austeridad y dejar los lujos, entre ellos el avión Presidencial.
Pero al paso de administración comenzaron a salir los problemas y los focos de corrupción, las mentiras y los mensajes demagogos. Atacaba que sus adversarios lo querían desacreditar y les marcaba su critica que era pura politiquería.
Fundó los cimientos, en su mandato muy firmes para colocar los programas sociales para más de 20 millones de beneficiarios, entre ellos los adultos mayores. Esa fue su base de popularidad que lo mantuvo con una gran aceptación.
Pero en el fondo, salieron sus negativos que lo obligaron a recular sus caminatas al aire libre, comenzó a recibir agravios en los aeropuertos y reclamos severos.
Que decir los casos de Segalmex con un faltante de 15 mil millones de pesos, La Casa Gris que habitó su hijo en Estados Unidos, propiedad de un empresario que recibía millonarios contratos de PEMEX. Los sobre precios de las magna-obras, Dos Bocas, AIFA, el interoceánico, como alternativa al Canal de Panamá, Los contratos entregados de forma directa a los amigos de sus hijos, en fin.
López Obrador le heredará a Claudia Sheinbaum un país complicado y su salida no fue triunfal ni por la puerta de enfrente. Anote que 36 millones que votaron por ellos, no es todo el pueblo mexicano que tiene cerca de 100 millones de electores. El resto hoy, podríamos decir que esta simplemente agraviado y lo peor que allá en Palacio lo saben.