SEGURIDAD INTEGRAL/ El delito invisible: la trata de personas

Por Arturo Ortiz, director de Grupo CIPI Protección, empresa de capacitación en seguridad.
Es uno de los delitos con mayor impunidad a nivel mundial. Un crimen sin castigo en el que las principales víctimas son mujeres y niños. Aunque se perpetra a nivel mundial, existe mayor incidencia en economías emergentes y en aquellos lugares donde no existe realmente un Estado de Derecho.
Estos son los reportes del delito invisible.
Durante el último quinquenio se dispararon las cifras de trata de personas. En el año 2018, a nivel nacional se registraron 575 víctimas. La cifra aumentó a 668 un año después, lo que representó un incremento del 16 %.
A partir de 2020 el incremento anual de este delito en México creció alarmantemente y según el Sistema Nacional de Seguridad Pública en 2022 se reportaron 494 víctimas de tráfico humano, lo que representó un aumento de 25% respecto a la cifra anterior.
A nivel mundial también se presenta un panorama desolador en este delito que supone la explotación de mujeres, hombres, niños y niñas con numerosos propósitos, incluidos el trabajo forzoso y la explotación sexual.
Se calcula que anualmente más de 500.000 personas son víctimas de la trata en todo el mundo. Una cada hora. La mayoría de ellas son captadas para ser explotadas sexualmente.
Casi las tres cuartas partes de las víctimas de la trata detectadas a nivel mundial son mujeres. El 31% son niños.
Entre las mujeres víctimas de explotación sexual, que además fueron traficadas, sufren las peores condiciones. Son las más vulnerables a ser captadas, las que sufren más malos tratos y violencia durante el tiempo que es sometida, y las que menor oportunidades tienen rehabilitarse y rehacer su vida tras una eventual huida de las redes que las someten.
La trata de seres humanos ocurre en todos los países. Pero tiene más impacto en entornos donde el estado de derecho y del bienestar es débil y las personas carecen de oportunidades.
Las crisis humanitarias, la pobreza extrema y los conflictos crean un entorno en el que los traficantes se aprovechan fácilmente de las personas más vulnerables.
Cada año se detectan y se denuncian más casos de tráfico humano en todo el mundo, y cada vez con mayor proporción de niños y niñas. En 2023 los menores de edad víctimas del tráfico con fines sexuales ya son el 36%. De ellos, el 23% son niñas y 8% niños.
La lucha contra la trata de personas nos acerca al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que exigen eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niños, combatir la delincuencia organizada y erradicar el trabajo forzoso, el abuso, la explotación y la violencia.
Para evitar la trata de personas se recomienda:
No publicar información personal en las redes sociales, ni usarlas para conocer gente desconocida, no aceptar ofertas de trabajo sospechosas o que impliquen viajar a otro país sin garantías, no permitir que los hijos menores viajen solos o con extraños, ni dejarlos solos en lugares concurridos.
Controlar el acceso de los hijos al internet y enseñarles a no citarse con nadie que hayan conocido en línea y promover y apoyar políticas y legislación contra la trata de personas.