Desde Las Fuentes
Arturo de las Fuentes
El resurgimiento de una medida ejecutiva en torno al tema migratorio hace eco en el gobierno estadounidense; se trata de la sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA, por sus siglas en inglés) utilizada en el 2017 por el presidente Donald Trump, y ahora impulsada por Joe Biden, que versa en torno al cierre de la frontera sur con México como una medida para terminar con el cruce ilegal de extranjeros.
El uso de esta sección de la ley, le otorga al presidente de Estados Unidos una amplia autoridad para implementar restricciones en materia de inmigración, entre ellas, la suspensión en el ingreso de ciertos grupos cuando los cruces fronterizos aumenten demasiado. Sin embargo, para que esta medida pueda ser utilizada por el mandatario norteamericano, México tendría que aceptar nuevamente una cantidad de migrantes a los que se les prohíba ingresar a Estados Unidos.
Considerando los tiempos electorales de nuestro país, la propuesta se encuentra detenida en este momento, en espera de que la nueva administración mexicana se encuentre instalada y se puedan fortalecer los lazos de cooperación en la materia, ante una problemática compartida.
Lo cierto es que, por sí misma, la medida ha generado polémica al interior del gobierno estadounidense, al cuestionarse su efectividad así como la falta de consenso entre los representantes de los partidos demócrata y republicano respecto de las medidas que realmente deberían implementarse en torno a la migración indocumentada.
Una de las medidas que se encuentran en amplio debate desde hace un año, es la propuesta de ley H.R. 2, también conocida como Ley de Seguridad Fronteriza de 2023, aprobada en mayo de 2023 con 219 votos a favor (todos republicanos) y 213 en contra en la Cámara de Representantes, con el objetivo de frenar la migración irregular, reforzar la seguridad fronteriza con México y designar a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras.
Entre las medidas propuestas, este proyecto de ley planteó: restricciones para el otorgamiento de permisos temporales humanitarios y de asilo, como la condición de que, para acceder al asilo, el migrante haya presentado la solicitud en un país en tránsito, y le haya sido negada; la ampliación de la lista de delitos por los cuales no pueden ser elegibles para el asilo político endurecer los requisitos para pasar las entrevistas de miedo creíble; la detención de familias migrantes en los centros detención hasta que un dirima su caso; la aprobación de que los migrantes puedan ser expulsados a un país que no sea el de su nacionalidad ni el último en el que hayan residido; así como la creación de un sistema electrónico para que las empresas verifiquen si los trabajadores tienen permiso de trabajo.
Este proyecto encontró el freno en el Senado estadounidense, en donde dos veces ha sido rechazada desde su presentación, poniendo en evidencia la falta de consenso en torno al tema, que sigue creciendo y generando grandes problemas en la zona fronteriza entre ambos países, que se ha visto envuelta en momentos de emergencia, ante la incapacidad de las instituciones para dar seguimiento al tema en la región.
De acuerdo con el último reporte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés) entre el 12 de mayo de 2023 y el 3 de abril de 2024, han expulsado o devuelto más de 660 mil personas. De ellos, la mayor parte cruzó la frontera sur con México, en un contexto caracterizado por la falta de recursos por parte del Congreso, que desembocó en el impedimento para la contración de oficinales para las agencias que participan en el proceso migratorio: la Patrulla Fronteriza, la Oficina de Aduanas y Control de Fronteras (CBP), la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) y la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS).
El presidente ha dejado en claro que vetará la propuesta de ley si es que llega a su escritorio, toda vez que se centra en cuestiones operativas y no aborda las causas de la migración, reduciendo las protecciones migratorias. Lo cierto es que, el gobierno estadounidense se encuentra en un amplio debate en torno a la formulación de soluciones viables para detener los flujos migratorios que están llegando a través de las olas migrantes en la frontera sur.
Vale la pena señalar que, si bien la migración es un tema que involucra trabajo unilateral y multinivel, tanto en México como en Estados Unidos, también es necesario plantear estrategias conjuntas que atiendan realmente las causas, y dejen de centrarse en la operatividad de las crisis fronterizas que se han presentado durante los últimos años.
Sí, y solo sí, se trabaja de manera coordinada entre los distintos niveles de gobierno, se podrán generar soluciones binacionales y coordinadas ante las necesidades específicas de cada punto de la frontera México – Estados Unidos, así como los objetivos regionales de desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones fronterizas.