Comercio bilateral y fronterizo

Desde Las Fuentes

Arturo de Las Fuentes

En la frontera México – Estados Unidos confluyen dos sistemas económicos de fuertes contrastes que se entremezclan en función de las ventajas comparativas y competitivas de ambos países y que derivan de la cercanía, las dinámicas transfronterizas, así como el intercambio bilateral en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que la consolida como la zona más dinámica a nivel mundial.

En el proceso de integración de la región, 2020 fue un año marcado por las complicaciones sociales y económicas que trajo consigo la pandemia por COVID-19; la paralización de la actividad económica a nivel global, así como el confinamiento social, marcaron la tendencia general que, en el caso de la frontera México- Estados Unidos, se hizo palpable en dos grandes rubros, principalmente: las cadenas integradas de producción, y por supuesto, en el cierre de la frontera.

Durante los últimos tres años, la actividad económica ha oscilado en un vaivén de contrastes que han dejado, para los primeros meses de este 2023, un saldo positivo, comercialmente hablando, para nuestro país, al ubicarlo nuevamente como el primer socio comercial de los Estados Unidos.

Tan solo, durante 2022, el comercio entre ambos países alcanzó la cifra histórica de 779 mil 308 millones de dólares, un crecimiento de 17% respecto al monto registrado en 2021 y que colocó a México como segundo social comercial, detrás de Canadá. 

Esta tendencia positiva se ha mantenido durante el primer bimestre de este 2023, con un total de 60 mil 628 mdd, lo que representó15.4% del total de los socios comerciales, superando a Canadá y a China, de acuerdo con el Departamento de Comercio de los Estados Unidos.

El puerto con mayor actividad en el intercambio comercial es el de Laredo – Nuevo Laredo, con un total de 23 mil 922 mdd y que representó un incremento de 14.7% respecto al mismo periodo en 2022, superando al aeropuerto de Chicago y el puerto de Los Ángeles.

Del total del comercio registrado por Laredo, 14 mil 211 mdd corresponden a las exportaciones de México hacia la Unión Americana, mientras que en sentido inverso se totalizaron 9 mil 711 mdd.

Vale la pena destacar que, en términos del comercio fronterizo, México es el primer destino de las exportaciones de California, Arizona y Texas, y el segundo mercado para otros 20 estados. En razón de esto, la frontera entre ambos países es considerada también como una de las economías más importantes del sistema internacional, ya que los diez estados fronterizos de ambos países representan la cuarta economía del mundo; en términos comerciales, por esta zona pasa el 90% del comercio entre México y los Estados Unidos: México exporta más mercancía a los estados fronterizos de EE.UU. que al resto del mundo, mientras que las exportaciones de los cuatro estados fronterizos de los EE.UU. hacia México representan más de la mitad del total nacional. 

Considerando lo anterior, el resultado de la integración ha sido por demás positivo, en lo que refiere a la esencia misma del proceso, que es la abolición de las tarifas y restricciones cuantitativas al comercio, con lo cual, se ha logrado consolidar a América del Norte, como una de las regiones más competitivas a nivel mundial, mostrando un escenario favorable para la nueva etapa de actualización de la integración.

Sin embargo, el segundo eje de evaluación, que representa en sí mismo un reto, se refiere a las dinámicas socio demográficas, resultado de la consolidación de estos espacios estratégicos, específicamente en el caso de la región fronteriza entre México y Estados Unidos, en donde las dinámicas han superado por más, los límites territoriales y las diferencias propias de los sistemas nacionales de cada uno de ellos.

Lo anterior implica que en estos espacios estratégicos confluyen no solo el intercambio de mercancías, capitales y personas, sino poblaciones con dinámicas binacionales en materia económica, política, social, cultural y de misma normatividad. Hablamos de actividades que van desde asistir a la escuela, trabajo, visitas familiares y recreación, por sólo mencionar algunas, y que implican el cruce de más de 1 millón de personas diariamente, de manera documentada.

Sabemos que la pandemia por COVID-19 ha generado cambios en estas dinámicas, pero también es cierto que estamos frente al reto pospandémico del nearshoring que, si bien traerá consigo nuevas inversiones y mayor actividad económica en nuestro país, esto representa un reto en materia de infraestructura, conectividad y atención a las dinámicas binacionales.

Esto se logrará sí, y sólo sí, se fortalece la infraestructura binacional, a la vez que se agilizan los procesos y se brindan los recursos y servicios que requerirán los nuevos operadores comerciales de la región, garantizando de esta manera que todos los participantes coadyuven en la generación de dinámicas que garanticen el desarrollo compartido.