Título 42 (Parte II)

Desde las Fuentes

Arturo de las Fuentes

 

Incertidumbre y confusión es lo que se ha generado entre la comunidad migrante, con el fin del título 42. Fronteras abarrotadas y temor por el colapso de los cruces y puentes internacionales para atender la demanda de ingreso a los Estados Unidos.

Y es que durante el periodo en que tuvo vigencia el título 42, se dio la expulsión de alrededor de 2.8 millones de migrantes, con el argumento de las medidas sanitarias, quienes en su mayoría fueron enviados de nueva cuenta a México.

Ante la ola creciente de migrantes en la frontera, las autoridades estadounidenses han sido muy claras: la frontera no estará abierta, y para ello se han reforzado medidas legales y operativas.

El título 42 pierde vigencia, pero en su lugar se aplicará el título 8, bajo el cual, cualquier persona que sea expulsada estará sujeta a una prohibición de admisión a Estados Unidos de al menos cinco años y puede enfrentar un proceso penal por cualquier intento posterior de cruzar la frontera ilegalmente.

Operativamente, se anunció el despliegue de 24,000 agentes en la frontera con México para hacerle frente al caos que pudiera generarse por la llegada masiva de migrantes que buscan refugio. Y es que, los diferentes puntos de la frontera se encuentran en una situación crítica en este momento. Tan solo en Tijuana, se calcula que hay 14 mil personas migrantes en la ciudad y ese número probablemente subirá durante los próximos días.

Esta misma situación se replica en el resto de la frontera, generando puntos críticos en los cruces y puentes internacionales, que han experimentado largas filas en las actividades de los últimos días.

Algunos gobernadores han comenzando a establecer medidas al respecto; por ejemplo, en el caso de Texas, el gobernador solicitó la aplicación de una doble revisión aduanera en los cruces internacionales, lo cual ha llevado a filas de espera de hasta 27 horas, tal y como sucedió en el puente internacional Ignacio Zaragoza, conocido como “Los Tomates” en Matamoros, Tamaulipas, perjudicando a toda la cadena de suministro de productos que se manejan por esta vía de comunicación.

Ante esta situación se vislumbra la posibilidad de que se cierren algunos puentes internacionales, lo cual conllevaría un freno a las actividades transfronterizas y afectaría la relación bilateral en todas sus dimensiones y niveles: desde los cruces para actividades cotidianas (escuelas, trabajos, familias, etc.) hasta las cadenas bilaterales de suministro. A nivel de región podría representar un colapso de las ciudades fronterizas, ante el arribo de una mayor cantidad de migrantes y la falta de infraestructura y servicios para darles cabida.

Sin duda alguna, solo la cooperación bilateral permitirá hacer frente a esta situación operativamente, aunque de fondo es necesario fortalecer los lazos de la región para regular la migración y hacer frente a los desafíos de la movilidad.